miércoles, 17 de abril de 2013


VELOCIDADES IMPOSIBLES


El otro día escuché una conversación cerca del mar… Estaba a punto de llover pero dos hombres que superaban los 80 años tenían una conversación que me fascinó… Comenzaron hablando del tiempo que tardaría en llover… Hacían cálculos, cábalas… Parecían dos matemáticos o físicos porque tenían papel y lápiz cada uno y con unos cuantos garabatos apostaban por un número concreto de segundos… 322 y 453 segundos…
Y casi por arte de magia, el que apostó por 322 segundos ganó y la lluvia inundó la playa… Ellos se refugiaron en un café y yo los seguí y allí continuaron con otro cálculo, este más profundo… Se preguntaban: ¿A qué velocidad caen las lágrimas?

Se pusieron a pensar cual es la velocidad de las lágrimas.. Hablaban de que las producidas por dolor físico van más rápidas que las emocionales… Que también dependía de cómo broten, de cuantas se amontonen, del origen… De si provienen de amor, de desesperación o de despedidas largas… Poesía extraída de sus cálculos…
Finalmente ambos llegaron a la misma conclusión… Que todo dependía de la curvatura de la mejilla y del número de lagrimas que surjan… Poesía moderada… El sol volvió y marcharon con sus cálculos…  Albert Espinosa.



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