sábado, 15 de junio de 2013

MEDO Á NADA


RESPUESTA A ROSA MONTERO y otras hierbas

Alcanzar la inmortalidad en esta vida …o creer que la alcanzas son dos cosas diferentes. Yo me puedo creer todo lo que me proponga, basta con un acto de autoconvencimiento, porque me es útil y necesario. O eso, o la desesperación ante el abismo final. Un abismo sin fondo conocido que hace pensar en la “insoportable levedad del ser”, esa terrorífica nada que borra identidades.

Yo llamo a eso autoengaño consentido, una forma de asumir nuestra mortalidad sin sufrimiento añadido. Ya que es inevitable, pensemos en positivo, y hagámonos peras mentales para afrontar los hechos que nos dejarán sin hechos.

Sócrates eligió para su último minuto el seguir aprendiendo a tocar la flauta. Bravo por él. Yo a lo mejor elijo tomarme unas natillas. Eso ¿ qué prueba? Sólo el haber llegado, y no es poco, a un estado de tranquilidad ante lo inevitable… que es la mortalidad…esa que yo no comprendo ni comparto, por absurda. Para mí la vida con ese fin irreversible no tiene sentido… por mucho que filosofes o hayas dejado tu huella a los que quedan…que también se irán. Que alguien me lo explique, sin dioses ni fes ciegas, ni odas al presente inmediato.

Yo solo encuentro, o intento, el camino de la resignación y los bastones de la tranquilidad de espíritu para apoyar y afrontar, con flautas o con natillas, la nada que nos espera.

¿Y tú?
Angela Fernández

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