martes, 23 de septiembre de 2014

BO OUTONO



Esparce octubre, al blando movimiento del sur, las hojas áureas y las rojas, y, en la caída clara de sus hojas, se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento de todo; oh prado bello que deshojas tus flores; oh agua fría ya, que mojas con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura, en que el cuerpo, hecho alma, se enternece, echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura, la vida se desnuda, y resplandece la excelsitud de su verdad divina.

(Autor: Juan Ramon Jimenez)

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