Soy un maniquí
y lo voy a probar todo.
¿Dónde está la tienda
de las mujeres
deformes,
de las
mujeres gigantas,
de
las mujeres con barba?
Quiero verlas todas,
imaginarlas mis
hermanas
en una
maravilla múltiple
para
luego sentirme oprimida
ante el pensamiento
de que lo único que
quieren
que nos
una
está en lo más, en
lo más
hondo de la
falda:
una tarjeta de
crédito
y un ansia
angustiosa
de tener,
tener, tener, tener
todo lo que la moda manda.
María Reimóndez.
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