LA CITRONETA AZUL
En una citroneta azul haciendo sonar el claxon de la luna voy de
regreso al pueblo donde mis amigos salen cada noche a esperar los
ovnis.
Sueñan en el
cielo las estrellas y las fugaces sombras de las niñas muertas elevan en
los prados sus cometas con recados para los platillos
voladores.
Todo esto se
podría decir de otra manera si allá tras las cortinas del
espacio existiera el silabario, el colibrí, la esfera del vagabundo
aerolito de los pájaros.
Yo no espero
otra luz que la tristeza de quien regresa a una escuela abandonada donde
aletean todavía en la pizarra las mariposas blancas de la
melancolía.
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