A la abuela
Óvalo duro y alargado,
De negro encaje vestida...
!joven abuela!- ¿Quien ha besado
vuestra boca altiva?
Cuando valses de Chopin tocaras
con tus manos en estancias reales...
Como de hielo parte de la cara
los bucles parecían espirales.
Ojos de la defensa pendientes,
Así no miran las jóvenes mujeres.
Ojos oscuros, fijos, exigentes.
Joven abuela, dime: ¿quien eres?
¿Cuantas posibilidades te llevaste al fin
e imposibilidades- cuantas eran?
al hoyo insaciable sin fin,
polaca veinteañera.
El tiempo despejado, inocente era el día,
las estrellas se apagaron en la oscuridad.
- !Abuela! esta intensa rebeldía
en mi corazón es vuestra, ¿verdad?
4 de septiembre de 1914.
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